martes, 1 de abril de 2014

Laberinto 38.6 Elegía de los rizos: Sexta Elegía


§ 6. De por qué los pensamientos se revelan o rebelan en un rizo
Para Betti: joyeux anniversaire!

6.1  Con espléndida belleza te levantas entre un pueblo que, ignorante de los sabios del pasado, se sorprende en tu palabra. No aceptarás sus sinrazones a la razón que expresas como no admiten tus rizos la forma rectilínea del calor ni la simple alineación del vertical de los colores. Esculpirás, en cambio, las ideas con la gracia multiforme de los días de luz, de agua y vendaval. Y entre sombras apagadas por los libros del presente encontrarás caminos olvidados por los otros; caminos de agua y viento, de brillo y de penumbra, de risa y humedad.

6.2  Fatigas los rollos del texto sagrado –y la gran pila ardiente de argumentos profanos- en la búsqueda del Sabio que ha querido persistir oculto de los hombres; de aquellos inexpertos que no sabrían captar su esencia por completo. Por tu examen implacable han caído una vez y siete más en un tiempo y medio tiempo, extenuados, tus cabellos espirales sobre tomos afectados como piedras cabecera. Y los sueños que vinieron y vendrán de la escala de los cielos continúan revelándote la clave que ha quedado embrollada en tus cabellos.

6.3  Singular condición la de tu alma, que en la vigilia pregunta desconfiada por lo que en sueños le ha sido declarado. El pensamiento se estremece entonces por saber: si el sueño informe recogió sabiduría de lo más alto, ¿qué espantable suerte se ha robado la memoria revelada? Y la fatiga de los textos continúa, hasta que entiendas, con la dulce cabellera enmarañada, que la letra sola y los muchos libros matan, envanecen, producen un irremediable peso de dolor en nuestras almas.

6.4   ¿Y los sueños? Dicen otros hombres, falseadores de las voces de los sabios, que sería necesario dejarlos acunados en el éter porque no son verdaderos con lógica de instrumentos humanos. Pero la espiral en tus cabellos te ha dictado que, al crecer en sus revoluciones, habrás de regresar en busca del profeta; no ya para absorber entre tus rizos la palabra de ciencia y de la sabiduría, sino para hablarla desde el centro que dio origen, desde ti, a las mil y un concentraciones de su flujo.

6.5  Accederás al éter apacible a través de cuatro cuerdas. La del primer bajo en la diatónica escala marcará el camino de tus vuelos; y cuando el Sol, por un segundo movimiento de las crines, ilumine los senderos, anunciará el advenimiento de la escala: sí, Re-cueda entonces el sonido de los pasos; para llegar por fin al tono sexto que cante agudo los sueños conjurados. Modelada maravilla del murmullo es tu cabello de ritmos caribeños, esculpido con música de violonchelo entre sueños que se extienden a los duetos con guitarra y con voz del universo.

6.6  Entre sueños he rodeado tus rizos con mis manos. Mas la luz de la razón me va apartando de tu lado. No será la luz, es mi sospecha, sino oscuridad naciente en la distancia. Y sin embargo, he visto en tu cabello que el amor tiene catorce caminos multiformes: los de los ojos, los de las letras, los de los sabios, los de las aguas, los de las luces, los de tormentas, los de las aves. Mírame de nuevo en sueños. Mírame y quizás entonces vuelva yo a ser realidad. 

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