Morirán los ancianos con el pecho inflamado de leyendas.
Remanso de paz fue la palabra para ellos;
lo que ahora mismo es el silencio para otros.
Misericordia han recibido aquellos que siempre nos odiaron;
pero la flama eterna del soldado al paso de los años
se extinguirá también en la conciencia.
Sabré por siempre que el fulgor de las batallas,
que la gloria de los nombres, nada vale sin memorias.
Quizás el cuento del cobarde prevalezca,
y así la patria perderá su descendencia.
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