Después de 1001 días de insistencia y consecuente negación, al fin he abierto las puertas a la abismal visión de estos Otros Laberintos. "Que entre el que quiera..."
lunes, 28 de febrero de 2011
26 Laberinto
Las orugas siempre prefirieron las monocotiledonias de hoja peciolada; pero el saltamontes acabó con todos los tallos y se marchitaron. Por eso, cuando fueron esqueléticas mariposas, se amafiaron como perfectos kamikazees para hacer que el dueño del jardín le rociara la lata de insecticida a la colonia de grillos. En alas, la revolución perfeccionó la magnificencia del jardín.
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1 comentario:
¡Qué loco y qué divertido laberinto! No sé porque te imagino las manos sarcásticas mientras lo escribían.
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